Sunday, October 7, 2012

TARJETA ROJA PARA LOS ÁRBITROS

En la fecha 11 de la Liga Postobón-2, en partido jugado en Bogotá entre Millonarios y Junior, el jugador del equipo barranquillero y la Selección Colombia, Teófilo Gutiérrez, recibió una segunda amonestación y vio la tarjeta roja por supuesta agresión sin pelota al jugador de Millonarios Pedro Franco. La agresión de la que acusaron a ‘Teo’ fue “codazo”. Lo curioso es que para ejecutar un codazo la biomecánica del cuerpo humano exige inclinar el tronco hacia adelante y doblar el antebrazo hacia adentro para que el esfuerzo se logre a través del deltoides posterior, músculo encargado, entre otros esfuerzos físicos, de lanzar el codo hacia atrás. En el video es clarísimo que Teo ni se inclina, ni dobla el antebrazo, y por supuesto no da un codazo a Pedro Franco, que de paso valga decirlo, lo venía provocando ante la mirada complaciente del árbitro, según relató terminado el partido el capitán juniorista Giovanni Hernández.

La segunda hipótesis es que al abrir los brazos lo agrede con el antebrazo (nunca fue ésa la acusación). Sin embargo, el movimiento que puede lograrse de esa forma es limitado y muy difícilmente puede ser rápido o contundente como para lograr agredir a un contrario y más aún sin darle tiempo de reacción para evitarlo, eso sin decir que es casi imposible abrir los brazos por encima de la línea del hombro, y Pedro Franco es un jugador muy espigado como para que su rostro pueda estar bajo la línea del hombro de Teófilo. En conclusión, no hubo agresión, no debió existir la segunda amarilla y Teófilo nunca debió resultar expulsado. La única forma de golpear contundentemente a alguien con el antebrazo es haciendo un giro sobre el propio eje de la cintura, levantando el lado con el que se va a agredir y bajando el lado contrario. Es simple biomecánica del cuerpo.

La situación es aún más grave si tenemos en cuenta que quien lo expulsó no fue ninguno de los 3 árbitros del encuentro, sino el cuarto árbitro, que desde la lejanía desde la que se encontraba advirtió lo que nadie más, la supuesta agresión sin pelota de Teófilo a Franco. Resulta que los cuartos árbitros en el torneo colombiano son locales, y es completamente impresentable que siéndolo puedan incidir en decisiones tan trascendentales como expulsar a un jugador del cuadro visitante en el primer tiempo (¿será que el cuarto juez de la Escuela de Árbitros del Atlántico podrá mandar al referee a expulsar un jugador de Millonarios cuando el juego sea en el Metropolitano por algo que nadie más vio sino él?). Expulsión injusta, inventada, mal intencionada, y que debería ser un caso disciplinario en la Dimayor tanto para el cuarto juez como para el central que aceptó su recomendación.

En la fecha 13, en Ibagué frente al Deportes Tolima, apenas tenía Teófilo Gutiérrez 30 minutos de estar en la cancha tras el cumplimiento de una fecha de suspensión, cuando el juez central, esta vez sin apoyo de sus compañeros, decide mostrar tarjeta roja directa a Teófilo, nuevamente por presunto codazo. Esta vez ‘Teo’ sí salta armado, pero nunca da un codazo al adversario. Podría interpretarse que llevaba mala intención, pero si así hubiera sido lo máximo que podía hacer el juez era amonestarlo, ya que jamás agredió al jugador adversario, y en el fútbol las intenciones son subjetivas, de apreciación, y no pueden castigarse con una expulsión.

Para colmo de males luego le inventa una expulsión a Cortés, que no comete la menor infracción. También sin el respaldo del línea de occidente, que estaba más cerca de la jugada que el propio central.

Para mí hay una clara intención de perjudicar con arbitrajes amañados al equipo de Barranquilla, situación que tiene antecedentes importantes en la historia de nuestro fútbol, y parece ser que han escogido como su víctima favorita al jugador más talentoso de nuestro fútbol, Teófilo Gutiérrez, que con la camiseta de la Selección Colombia ostenta el mayor promedio anotador de la generación actual de jugadores, 0.46 goles por partido. (El máximo promedio goleador de la historia de la Selección pertenece a Iván René Valenciano, con 0.45 goles por partido).

El raro fenómeno colombiano de no sólo no respaldar a los talentosos que más le aportan a nuestro fútbol, sino por el contrario hacer lo necesario por perjudicarlos. Si hubiese habido alguna clase de sanción para el árbitro que injustamente expulsó a Teófilo en Bogotá, el que pitó en Ibagué no habría mostrado esa tarjeta roja de forma tan ligera. Lo más triste es que le quitan ritmo a un jugador que hace un aporte inmenso en la Selección Colombia de José Néstor Pékerman, a contados días de un duelo decisivo frente a Paraguay en Barranquilla.

Pese a todas las arbitrariedades arbitrales, y al descaro del central, que luego de un manotazo en la cara por parte de un jugador de Tolima a uno de Junior sólo mostró la tarjeta amarilla, el equipo ‘currambero’ empató un juego en el que caía por dos goles y tenía dos hombres menos. No sé a quién le dolió más ese agónico empate, si al árbitro central del encuentro o a los comentaristas de DirectTV, a quienes les faltaba poco por ponerse a cantar al ritmo de los coros de los barristas tolimenses.

Tendrá la Directiva de Junior que hacer un reclamo enérgico ante la Dimayor, o tendrá Cheché que mandar a Teo a la cancha atado de brazos.

JPDR
Barranquilla, Octubre 2012
Twitter: @juanpdiazr

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